XLVII. Semana Santa en Tanicuchí.

A Jesús le encantó conocer a la primera educadora de la Parroquia de Tanicuchí, me aclaró que había escogido lo mejor para que forme una familia de altísimo valor cultural y moral. Siempre que regresábamos, luego de unas inolvidables vacaciones, nos sentíamos muy tristes el rato de la despedida de mis abuelitos, tíos, primos y mi hermano Eugenio. " Vendrán guaguas , pero ya no crezcan tanto!", decía mamita, mientras que Pabito corría a sacar sus monedas de un sucre para regalar a cada nieto, y nos ponía cuatro " chocolatines " en los bolsillos. Nos vemos en Semana Santa. En Tanicuchí había cientos de cucuruchos que hacían una manta de color morado. Sus largos bonetes y su máscara que dejaba ver solamente sus ojos, me asustaban ya que solamente por los zapatos viejos o piés desnudos, no los podía reconocer. Los curas de pueblo son los más elocuentes en la misa de Viernes Santo, donde en un sermón de tres horas, asustaban e impactaban a los feligreses resaltando...