XXXII. Vecinos
Durante mi niñez, en nuestra casa situada en la Calle Alianza 361, donde viví hasta los 25 años, teníamos unos vecinos muy especiales.
Al frente vivia el gran músico y compositor Enrique Espín Yepez, gran compositor de pasillos. Pasional (su obra más conocida), Aquella noche, Confesión, Nostalgias, Serenata, Imposible, Invocación, Noches sombrías, Nocturnal.
Tenía un violín único en el Páís, su maestro le obsequió este lindo instrumento fabricado en 1801.
Era casado con una bella mujer mexicana, la misma que sufria las incomodidades de tener un esposo alcohólico, luego se recuperaría totalmente llegando a ser director de la Orquesta Sinfónica Nacional.
Ellos vivían en un departamento en el tercer piso de esta casa colonial, su terraza daba un poco más alto que mi dormitoiio. En esta terraza, compuso uno de los mejores pasillos ecuatorianos, Pasional. Como era de esperar, muchisimas noches me quedaba extasiado escuchando su violín. Subía la calle empinada muy chumadito, con gran esfuerzo y preparado a escuchar los reclamos y lloros de su bellísima esposa. Tocaba su violín hasta altas horas de la noche. Tenía algunos hijos, con los que jugamos muchas veces. En el departamento de abajo vivía tambien un señor de apellido Aguilera, experto mecánico quien también tenía hijos de nuestra edad.
Al lado izquierdo de nuestra casa vivía un señor muy adinerado, casado con una sra. espcial de mal genio y su hija casada con e ingeniero Alejandro Segovia, uno de los mejores calculistas, inventor de la " cadena abierta ", método de cálculo estructural, utilizado en muchos países del continente. Realmente un genio de la ingeniería, no tenían hijos. Estas cuatro personas vivián en una casa hermosa, de grandes patios y más de diez dormitorios, casa llena de bellos jardines, con altas palmeras de cocos serranos.
En la casa de la derecha, vivía otro ingeniero, con una hija mal casada con un señor muy amable, pero sin oficio. Tenía un hijo llamado Gustavo, niño tímido que se subía a un árbol para vernos jugar, cuando le invitábamos a casa, salía corriendo a meterse en su casa.
En la mitad de la cuadra cerca del Colegio San Andrés, vivía una pareja de músicos y cantantes más famosos a nivel del Ecuador y américa. Formaban el Trío los Brillantes, con Homero Hidrovo, Héctor Jaramillo y la argentina Olguita Gutiérrez. Mucho se puede hablar de ellos, muchas anéctodas.
Al frente de estos cantantes, vivía otro famoso músico y compositor muy querido, Luis A. Nieto Guzmán. El compadre, ya que mi hermano Marco llevó en sus brazos a bautizar a uno de sus hijos. El Maestro Nieto sería profesor de música mio y de mis hermanos. Aprendí algunas canciones en la guitarra.
En La esquina estaba el Maestro zapatero, donde además podíamos encontrar casi de todo. Diagonal a ellos estaba "la tienda del gallo".
Jesús sorprendido de mi memoria, quería que le siga contando de la tienda, de la cervecería La Campana, de la tienda de la Rosita, del carbonero, de la familia Benitez, de la Platanería, de la Farmacia, de la Papelería de la Cruz Roja, del Mercado e Iglesia de San Roque, del Colegio San Andrés, de la fábrica de trompos, de la fritadería, de las empanadas de morocho, de los tamales, etc.
Pero le ví la cara de aburrido y preferí callar para que no se enoje.
https://www.youtube.com/watch?v=e6n1ik9oCMI
Al frente vivia el gran músico y compositor Enrique Espín Yepez, gran compositor de pasillos. Pasional (su obra más conocida), Aquella noche, Confesión, Nostalgias, Serenata, Imposible, Invocación, Noches sombrías, Nocturnal.
Tenía un violín único en el Páís, su maestro le obsequió este lindo instrumento fabricado en 1801.
Era casado con una bella mujer mexicana, la misma que sufria las incomodidades de tener un esposo alcohólico, luego se recuperaría totalmente llegando a ser director de la Orquesta Sinfónica Nacional.
Ellos vivían en un departamento en el tercer piso de esta casa colonial, su terraza daba un poco más alto que mi dormitoiio. En esta terraza, compuso uno de los mejores pasillos ecuatorianos, Pasional. Como era de esperar, muchisimas noches me quedaba extasiado escuchando su violín. Subía la calle empinada muy chumadito, con gran esfuerzo y preparado a escuchar los reclamos y lloros de su bellísima esposa. Tocaba su violín hasta altas horas de la noche. Tenía algunos hijos, con los que jugamos muchas veces. En el departamento de abajo vivía tambien un señor de apellido Aguilera, experto mecánico quien también tenía hijos de nuestra edad.
Al lado izquierdo de nuestra casa vivía un señor muy adinerado, casado con una sra. espcial de mal genio y su hija casada con e ingeniero Alejandro Segovia, uno de los mejores calculistas, inventor de la " cadena abierta ", método de cálculo estructural, utilizado en muchos países del continente. Realmente un genio de la ingeniería, no tenían hijos. Estas cuatro personas vivián en una casa hermosa, de grandes patios y más de diez dormitorios, casa llena de bellos jardines, con altas palmeras de cocos serranos.
En la casa de la derecha, vivía otro ingeniero, con una hija mal casada con un señor muy amable, pero sin oficio. Tenía un hijo llamado Gustavo, niño tímido que se subía a un árbol para vernos jugar, cuando le invitábamos a casa, salía corriendo a meterse en su casa.
En la mitad de la cuadra cerca del Colegio San Andrés, vivía una pareja de músicos y cantantes más famosos a nivel del Ecuador y américa. Formaban el Trío los Brillantes, con Homero Hidrovo, Héctor Jaramillo y la argentina Olguita Gutiérrez. Mucho se puede hablar de ellos, muchas anéctodas.
Al frente de estos cantantes, vivía otro famoso músico y compositor muy querido, Luis A. Nieto Guzmán. El compadre, ya que mi hermano Marco llevó en sus brazos a bautizar a uno de sus hijos. El Maestro Nieto sería profesor de música mio y de mis hermanos. Aprendí algunas canciones en la guitarra.
En La esquina estaba el Maestro zapatero, donde además podíamos encontrar casi de todo. Diagonal a ellos estaba "la tienda del gallo".
Jesús sorprendido de mi memoria, quería que le siga contando de la tienda, de la cervecería La Campana, de la tienda de la Rosita, del carbonero, de la familia Benitez, de la Platanería, de la Farmacia, de la Papelería de la Cruz Roja, del Mercado e Iglesia de San Roque, del Colegio San Andrés, de la fábrica de trompos, de la fritadería, de las empanadas de morocho, de los tamales, etc.
Pero le ví la cara de aburrido y preferí callar para que no se enoje.
https://www.youtube.com/watch?v=e6n1ik9oCMI
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