XXIX. Fiebre

Esa noche, con una voz muy dulce y clara, me dijo: " Yo soy Jesús, hijo de Dios. Conozco de tu vocación, tú deseas servir a Dios y al prójimo como religioso, usando este cuello como sacerdote o como Hermano Cristiano, pero.....", Y se calló. Le dije ," pero que Jesús..", me miró unos segundos más y desapareció.  Me puse a llorar tanto que se levantaron mis padres a ver qué sucede. Rápidamente me tomaron la temperatura, tenía una fiebre de más de cuarenta grados.
Jesús, que estaba escuchando, me dijo que no se trato de un sueño, que El por su amor infinito se presentó, para hacerte ver que tú tendrías una misión diferente en tu vida.

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