IX. El florón
IX. Regresamos a la hermosa hacienda San Agustín de Callo. En mi sueño le contaba a Jesús, quien cada vez se sentía más interesado en conocer, los juegos de niños con los que los divertíamos. En esa época, machista por excelencia, los varones y las niñas no debían estar en la cocina. Mi abuelita si descubría alguien dentro de casa, decía : " qué hacen aquí adentro, vayan a jugar afuera!'. Entonces, había que salir a jugar.
Teníamos que seguir algunos juegos ya conocidos, y otros que había que inventar.
Los tradicionales eran el fútbol, el voley, las cascaritas, el tiro al gol. Si no había la pelota, los juegos eran marros, muy similar al béisbol; también huevos de gato, sin que te roce, cogidas, a las escondidas, a Don Benito, a los colores, a chullas y bandidos, a las bolas, los cocos chilenos, los rulimanes, la ronda, salto a la soga, el florón, adivinanzas, concursos de chistes, perros y venados. Gato y el ratón, bailar al trompo, yo yo, zumbambico, botones, pescar con piola, etc. También teníamos imaginación para invertanos juegos nuevos, a los que me voy a referir posteriormente.
Hay otros como bolsillito izquierdo, estatua, pelea de gallos, sacos amarrados, carrera de huevos, etc. Etc.
Jesús quería que le contara en detalle cada uno, porque había muchos ángeles interesados en jugar. Le dije que me tomaría semanas en hacerlo, pero que por el momento le podía contar uno,. El florón. Seguramente era un juego colombiano, ya que toda la fila de niños debía sentarse y poner las manos juntas y estiradas, con la mirada muy atenta a quien hacia el florón. " El florón está en mis msnos, de mis manos ya pasó... Las monjitas Carmelitas se fueron a Popayán, a buscar lo que han perdido, debajo del arrayán...dónde está el flo ron.. " el florón era una moneda dorada de cinco centavos, El que dirigía el canto, tenía el florón en sus manos unidas, y pasaba de niño en niño, hasta dejar el florón en las manos de uno de los ninos y al que le tocaba el final debía adivinar donde está el florón.
Muy lindo el juego, ya que quién no adivinaba, o el adivinado, tenia que cumplir una penitencia. Las penitencias eran de muchísima creatividad y diversidad. Teníamos en mente más de cien penitencias.
Si me pongo a contarle las penitencias, no termino nunca. Yo que regreso a ver, había como quince ángeles sentados con sus manitos juntas y Jesús con una moneda de cinco centavos, se llamaba medio.
Teníamos que seguir algunos juegos ya conocidos, y otros que había que inventar.
Los tradicionales eran el fútbol, el voley, las cascaritas, el tiro al gol. Si no había la pelota, los juegos eran marros, muy similar al béisbol; también huevos de gato, sin que te roce, cogidas, a las escondidas, a Don Benito, a los colores, a chullas y bandidos, a las bolas, los cocos chilenos, los rulimanes, la ronda, salto a la soga, el florón, adivinanzas, concursos de chistes, perros y venados. Gato y el ratón, bailar al trompo, yo yo, zumbambico, botones, pescar con piola, etc. También teníamos imaginación para invertanos juegos nuevos, a los que me voy a referir posteriormente.
Hay otros como bolsillito izquierdo, estatua, pelea de gallos, sacos amarrados, carrera de huevos, etc. Etc.
Jesús quería que le contara en detalle cada uno, porque había muchos ángeles interesados en jugar. Le dije que me tomaría semanas en hacerlo, pero que por el momento le podía contar uno,. El florón. Seguramente era un juego colombiano, ya que toda la fila de niños debía sentarse y poner las manos juntas y estiradas, con la mirada muy atenta a quien hacia el florón. " El florón está en mis msnos, de mis manos ya pasó... Las monjitas Carmelitas se fueron a Popayán, a buscar lo que han perdido, debajo del arrayán...dónde está el flo ron.. " el florón era una moneda dorada de cinco centavos, El que dirigía el canto, tenía el florón en sus manos unidas, y pasaba de niño en niño, hasta dejar el florón en las manos de uno de los ninos y al que le tocaba el final debía adivinar donde está el florón.
Muy lindo el juego, ya que quién no adivinaba, o el adivinado, tenia que cumplir una penitencia. Las penitencias eran de muchísima creatividad y diversidad. Teníamos en mente más de cien penitencias.
Si me pongo a contarle las penitencias, no termino nunca. Yo que regreso a ver, había como quince ángeles sentados con sus manitos juntas y Jesús con una moneda de cinco centavos, se llamaba medio.
Comments
Post a Comment